Hace unos años, el asteroide 2019 OK, de entre 57 y 130 metros de diámetro, pasó incómodamente cerca de nuestro planeta, a poco más de 71.000 km, la quinta parte de la distancia que nos separa de la Luna. Esta roca espacial forma parte de un tipo de objetos a los que algunos astrónomos denominan destructores de ciudades y no fue detectada hasta pocas horas antes de que se cruzara en nuestro camino.
Este suceso constituye un buen ejemplo de lo mucho que aún nos queda por saber de estos cuerpos, que pueden constituir un peligro muy real.
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